dissabte, 31 d’octubre del 2009

Reflexionando sobre... LA PATA DE MONO

El señor White bajaba hasta el salón para pedir el deseo al chisme culpable de la muerte de su hijo. Durante su trayecto iba mirando a su mujer que tenía el rostro pálido y húmedo. Su pensamiento le decía que tenía que hacerlo y otra parte muy profunda le negaba a que pidiera el maldito deseo a la pata de mono.
El marido se decidió.

-Por favor pata de mono, monísima, pata de mono... Revive a nuestro hijo sin quemaduras i todo entero.
-¡Eh chaval! No se valen ofertas! - gritó una voz interior y muy débil dentro del chisme.
-Mierda, es verdad, pues que reviva entero - dijo el hombre finalmente.

Seguidamente esperaron y no ocurría nada.
A fuera la tormenta no cesaba. El viento silbaba como el carterista con el cigarrillo en la mano de la esquina, pero raramente, llovía, una lluvia fina casi imperceptible.
Pasadas las dos de la mañana. Una sombra se visualizó en la puerta. El señor White fue a la puerta para recibir a su hijo o eso creyó... de momento.
La señora se quedó en el piso de arriba leyendo dos frases que le había escrito su marido para mantenerla entretenida.

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El Sr. White abrió la puerta y... Era el cartero con su mono de trabajo y le entregó las facturas y recibos de propiedad, de luz y todo eso que no gusta recibir un domingo a la mañana. Le pareció muy extraño que el cartero viniera a esa hora, incluso había un sobre manchado de sangre. Lo abrio y en él se encontraba un papel muy grande de dimensiones considerables y de una forma muy irregular.
Extendió el material sobre la mesa y era su hijo, aplastado por la máquina pero entero. La sangre de su cuerpo estaba seca.
En cuanto a la mujer... Murió en circumstancia extrañas.

* Se dice que la pata de mono era como un objeto antimateria pero inofensivo a los hombres. Ella quiso pedir un deseo y desapareció. Dejó un mensaje subliminal.
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